martes, 6 de diciembre de 2011

Gran Final del Torneo de Poesía "Adversario en el Cuadrilátero" 2011

Bastardos de nuestro tiempo


Entramos al último jalón del año, con la reciente expresión clientelar del PRI conocida como la “cargada”, que puso a Peña Nieto en la candidatura presidencial rumbo al 2012, lo que me hizo recordar que este régimen-dinosaurio sigue vivo, como un mal sueño del que no podemos despertar, aunque los políticos que lo conformaron en sus tiempos de esplendor se vayan muriendo, son sustituidos por discípulos que en muchas ocasiones superan a los maestros, en un cuento de nunca acabar.

En el ámbito de la educación, podemos ver que el estado actual de ésta es un total desastre, pero se nos olvida señalar a los responsables históricos de esta realidad que se nos ha impuesto como el mayor de los lastres. La muerte del cacique sindical Carlos Jongitud Barrios, el pasado 22 de noviembre, recuerda a los disidentes del SNTE tiempos muy oscuros, sólo superados por los de su actual lideresa: Elba Esther Gordillo Morales, cuyo único ejercicio magisterial es el del hurto a la nación, el cual aprendió muy bien de Jongitud Barrios, quien llegó al frente del SNTE en 1974 y fue sustituido por “la maestra” hasta el mandato de Salinas de Gortari, en 1989.

Precisamente el mismo 22 de noviembre, el PRI quedó de nuevo de luto con la muerte de Miguel González Avelar, a los 74 años, quien fungió como Secretario de Educación bajo el mandato de Miguel de la Madrid de 1985 a 1988 y que a la par de su carrera política cultivó la literatura. A decir de unos de sus hijos y también escritor, Nicolás Alvarado —conductor del programa “la dichosa palabra” del canal 22 y entrevistado por el periódico La Jornada—, esto fue una “coincidencia de mal gusto” pues González Avelar, quien se inició al lado de Juan José Arreola en la Casa del Lago, se había distinguido por su honestidad e impulso a la cultura, algo bastante raro dentro del partido. Pero lo cierto es que también el poeta de los palíndromos fue parte de un sistema cuyo semblante autoritario afecta desde luego a las generaciones venideras.

El trabajo educativo de mi abuelo Pablo Xelhuantzi fue parte instituyente del mismo sistema que menciono, aunque dentro de su autoritarismo sé —porque lo conocí— que también era un hombre honesto. Aún estoy tratando de superar su muerte, acontecida en el mes de marzo de este año. Quizá por eso mismo escribo sobre esto. Por anécdotas familiares, sé que cuando nací mi abuelo se había enojado con mis padres porque me habían puesto Arturo Alvar, pero aún así siempre estuvo al pendiente de mi educación. Dentro de su trayectoria burocrática, estuvo al frente de las escuelas normales de maestros, a nivel nacional, siendo entonces camarada de Miguel González Avelar. Cuando estudié en la Escuela Secundaria Anexa a la Normal Superior (1994-1997), a pesar de la dificultad del apellido, más de un maestro al pasar lista y mencionar mi nombre llegó a hablar acerca de la valiosa aportación de mi abuelo, lo cual me hacía respetarlo al mismo tiempo que sentir una carga de responsabilidad mayor en cuanto a mi conducta, porque él era un tanto severo y yo demasiado travieso. Al final de su vida, mi abuelo se quedó con pocos amigos, uno de ellos era Miguel González Avelar, de quien conservaba una cantidad apreciable de libros de poesía —eso que mi abuelo no era muy afecto al género— que yo leí desde la adolescencia. Visitando ahora el viejo librero, me ha gustado en especial uno, titulado: “Atletario”, a propósito de lo que el Semanario Deportivo de Poesía propone a sus lectores, donde el poeta nos plantea distintas disciplinas de manera literaria, haciendo una crítica sutil de la civilización fundada en la violencia, donde escribe:

“El box está aquí para recordarnos quiénes somos y de dónde venimos. Le da un toque de realismo a las olimpiadas. Entre tanta gimnasia artística y nado sincronizado, los violentos puñetazos nos hacen recobrar el conocimiento para observar que afuera de los estadios el mundo sigue su marcha; a mí también me emocionan los fragorosos combates. Sólo que, aceptémoslo, no es la mejor parte de nosotros la que disfruta de las palizas que ocurren en el encordado. Es más bien la que procuramos domesticar desde las primeras edades; ese violento apetito de poner fuera de combate al enemigo aniquilándolo radicalmente”.

“El argumento que esgrimen contra el boxeo olímpico las madres de todos los boxeadores vapuleados, consiste en que es la única competencia cuyo propósito esta en dañar físicamente al adversario; que en tal capacidad radica, precisamente, la superioridad del ganador. Pero podría agregarse este otro. Tan sólo en lo que recobra la conciencia quien ha sido noqueado, en diez segundos o más, alguien ha recorrido lúcidamente cien metros planos y otro se ha elevado con gracia más de dos metros sobre la dura superficie de la tierra”.

Tendríamos que ver si las madres de los poetas que participan en el Torneo de Poesía “Adversario en el Cuadrilátero” opinan lo mismo acerca de la barbarie que implica ver cómo su niño queda tendido sobre la lona con un par de versos bien colocados. El formato de confrontación del Torneo ha sacudido el medio literario, saciando el apetito de competencia que tienen los poetas entre sí, el cual antes del ring se daba debajo de la mesa, por medios extra-literarios; eso era lo que se entendía como la manera “civilizada” de resolver el conflicto; ahora que éste se ha hecho explícito, donde no hay de otra para los poetas más que enfrentarse en condiciones de igualdad frente al poema y a la mitad de la plaza pública. El Torneo me parece, por lo anterior, más cercano a la imagen de la lucha grecorromana que nos da Miguel González Avelar en su “Atletario”:

“Este diálogo carnal, aunque airado; este confuso debate corporal con tema deportivo; las luchas que tanto escandalizan por su ostentosa rudeza son, en verdad, el último residuo de la exquisita cultura del hombre primitivo. ¿Quién ha sabido, en casi un siglo de olimpiadas, de alguien que haya muerto violentamente en estas pruebas? En cambio, en el mismo lapso se puede documentar la muerte, obligatoria y atroz, de más de cien millones de personas en contiendas que no tenían que ver con ellas. Entonces ¿qué resolvemos?, ¿ya alcanzamos la civilidad o quedó atrás de nosotros? (…), estos antagonistas vapuleados que se hacen daño, en verdad, sin malas intenciones; que se saludan inclinando ceremoniosamente la cabeza, nos están explicando con sus rotundos homoglifos lo que debiera ser el límite tolerable para cualquier simposio acerca de la ira”.

En los scouts, a los nueve o diez años, lo que más me gustaba eran las luchas grecorromanas, porque justamente implicaba un espacio para medir tu fuerza frente a otro, sin que ello implicara que te ibas a ganar a un enemigo. Al contrario, generalmente después de la contienda se suscitaba el reconocimiento entre ambos, lo que no sucedía con la violencia en la escuela, donde si alguien te cantaba un tiro, tenías que aceptar y si encima ganabas, siempre venía otro abusivo a quererte desafiar. Por eso Roberto Bolaño cuando llegó a México y le cantaron un tiro en la escuela, aunque sabía que podía vencer —porque su papá era boxeador y le había enseñado—, prefirió empatar.

Alguien como González Avelar, que escribe este tipo de reflexiones deportivas; promotor del ajedrez en México y de la publicación de los clásicos de la literatura, ¿cómo pudo continuar dentro de las filas del PRI? ¿Por qué no rompió con el partido, en 1988, como lo hicieron políticos como Cárdenas y Muñoz Ledo? Porque si bien hay que entender el contexto propio de cada quien, no hay que dejar de hacer una crítica a los valores gregarios del autoritarismo, sobre todo cuando la tradición de una cultura patriarcal subyace en las inercias políticas del presente. Mi abuelo, más tradicionalista, terminó insatisfecho con el país que había construido su generación, pero me temo que si siguiera vivo, optaría por votar por el copetudo mexiquense, menos tolerante al cambio. Para él, me acuerdo, durante el periodo de contienda electoral de 2006, en todo lo malo que pasaba en México, invariablemente tenía que ver Andrés Manuel López Obrador y así me lo alcanzó a decir en el hospital.

Por otra parte, aunque se consideraba a sí mismo como un revolucionario, el poeta Octavio Paz muchas veces también fue “hijo pródigo” del “ogro filantrópico”, quizá siguiendo la tradición del grupo Contemporáneos, que aunque fueron censurados por parte del gobierno en distintas ocasiones —especialmente cuando Jorge Cuesta publicó, en la revista del grupo, algunas fotografías eróticas—, obligados a renunciar a sus cargos en las diversas secretarías de Estado, no dudaron en regresar cuando fue propicio y con el apoyo de amigos funcionarios. Sin embargo, Paz tuvo una relación primero más distante y luego más compleja y orgánica como intelectual ante el Estado. Las obsesiones y aspiraciones que siempre lo acompañaron frente al poder, se condensan en el poema “Nocturno de San Ildefonso” (Vuelta, 1976), cuando escribe acerca del muchacho que es él mismo, caminando entre el San Ildefonso —donde se ubicaba la Preparatoria 1— y el Zócalo, la plaza más pública. Es entonces cuando la retrospectiva se vuelve autocrítica:

El bien, quisimos el bien:
enderezar al mundo.
No nos faltó entereza:
nos faltó humildad
Lo que quisimos no lo quisimos con inocencia.
Preceptos y conceptos,
                                  soberbia de teólogos:
golpear con la cruz,
                                fundar con sangre,
levantar la casa con ladrillos de crimen,
               decretar la comunión obligatoria.
                                                 Algunos
se convirtieron en secretarios de los secretarios
                  del Secretario General del Infierno.

Las clientelas políticas provienen de una tradición patriarcal donde en la familia, desde los abuelos hasta los nietos, han votado por el PRI, pero esto no se ha traducido en un presente de bienestar para la sociedad. Esto pudo ser evidente durante las elecciones del PRI en el Estado de México, lo que puede ser algo representativo de lo que pueda ocurrir en el 2012. Lo peor de todo es la falta de memoria. Si la historia es un error, haría falta empezar a contar las historias de una verdad hecha de lucha y reivindicación de justicia para todos; no de enajenación a partir de la miseria para el enriquecimiento de unos cuantos. Desde luego, no estamos obligados a seguir el paso de nuestros padres y abuelos, pues muchas veces para romper de tajo con la tradición, tenemos que ser bastardos de nuestro tiempo.



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sábado, 8 de octubre de 2011

II Encuentro Moebius 2011. Poetas nacidos en los 80



PROGRAMA del II ENCUENTRO MOEBIUS. POETAS NACIDOS EN LOS 80

JUEVES 13 de octubre /19:00 horas
Raíz Café
Corredor Regina 18. Centro Histórico (Metro Isabel la Católica)

José P. Serrato (DF. / 1987)
Estudió Derecho en la UNAM. Actualmente estudia Filosofía en la UAM y Creación literaria en la UACM. Está incluido en la antología de poetas de la UACM, dirigida por Héctor Carreto y Francisco Trejo, de próxima aparición. Ha publicado en las revistas literarias Gavia (Colombia), Rojo siena, La hoja de arena, Palabrijes. Ha participado en encuentros nacionales de escritores jóvenes, en el curso de creación literaria en Monterrey por parte de la F.L.M. y en diversos congresos nacionales de filosofía y literatura.

Karloz Atl (D.F. / 1988)
Estudiante de la licenciatura en Desarrollo y Gestión Interculturales, FFyL, UNAM. Coordinador del Colectivo “PoesíaYTrayecto”. Ha desarrollado los proyectos 1° Festival Poesía Re-apropiada (Cd. de México, abril 2011); Slam poético con temática infantil (1° Slam poetry dentro de la instalaciones del STCMetro, Cd. de México, mayo 2011); Diversidad cultural en espacios públicos, ejercicio de difusión mediante el acto poético e intervención de espacios (Ponencia impartida en el 1° Coloquio de Estudiantes de DyGI, Mérida, Yucatán, junio 2011); Taller Performance poético e Intervención de espacios (Cd. de México, julio-agosto, 2011) Corto-Documental “El poeta es un revólver” (En colaboración con Racconti Producciones dentro del movimiento internacional “100 mil poetas x el cambio”, julio-septiembre, 2011). Su obra poética se ha publicado en diversas antologías y revistas, donde destaca el verso libre con temática erótica, contestataria y de la vida cotidiana, así como el empleo del náhuatl. Desde 2011 ha tenido una participación constante en distintos festivales y encuentros de poesía, transporte y plazas públicas, radio, cafés, bares, universidades, museos, etc. mediante performance, lectura de poesía, interpretación e improvisación escénica; siendo varias veces ganador de los Slam de poesía. Actualmente gestiona proyectos de difusión cultural, re-apropiación espacios públicos y patrimonio cultural.

Óscar Denicia (Nezahualcóyotl, Edo. Mex. /1984)
Egresado de la Licenciatura en Psicología de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza de la UNAM. Ha participado en algunos talleres de poesía impartidos por el poeta Óscar Wong

Ulises Vidal (D.F. / 1981)
Documentalista y escritor. Estudió Ciencias Políticas en la UNAM, cuenta con un diplomado en Investigación Estratégica por la Universidad de Cornell, Nueva York. Ha publicado crítica y poesía en las revistas Versodestierro y Sapiencia. Es coordinador de Investigación en el Centro Americano para la Solidaridad Internacional. Actualmente prepara su primer poemario.

Omar Soto (D.F. /1984)
Licenciatura en Artes Plásticas y Visuales, INBA - ENPEG, 2005-2009. Ha expuesto su trabajo de manera individual en galerías de la UNAM, UAM y Eslovaquia; de manera colectiva ha participado en exposiciones en varios Museos y Galerías de México y España. Ha obtenido premios de arte por parte del Museo Iconográfico de Guanajuato, ANUIES, UAM, UNAM; esta última por parte de la Revista Punto de Partida en las áreas de gráfica, ensayo y poesía. También ha ganado el concurso del Foro Cultural El Laberinto en 2005. Actualmente trabaja en los proyectos Semanario Deportivo de Poesía RING y desde el 2009 en el Proyecto Traslados [México-Oaxaca]. Su obra plástica aparece en varias revistas de circulación nacional y de la misma manera en varios libros. Sus poemas han aparecido en la revista Punto de Partida y en la antología Descifrar el Laberinto.

VIERNES 14 de octubre / 17:00 horas
La Karakola. Plaza Villa Madrid 7, Glorieta de Las Cibeles. Col. Roma (Metro Insurgentes)

Música con Majazz Band, La llamada de Londres o Los Poniente.
Memoria antológica del Primer Encuentro Moebius 2010
Presentan: Arturo Álvar y Estephani Granda Lamadrid
Lectura a cargo de Yendi Ramos, Diana Garza Islas, Ian Soriano, entre otros poetas antologados.

SÁBADO 15 de octubre / 19:00 horas
La Tregua. Calzada México Tacuba #409 (Metro Popotla)

Davo Valdés de la Campa (Morelos-DF. /1988)
Estudiante de la licenciatura de Letras Hispánicas en la Universidad Autónoma del estado de Morelos. Forma parte del Comité Editorial de la Revista La Piedra (beneficiaria del Estímulo para revistas independientes “Edmundo Valadés” por segundo año consecutivo). Columnista de La Jornada Morelos, Filmeweb y Moria. Fue beneficiario del Programa de Estímulos para el desarrollo y la creación artística 2009, en la categoría Jóvenes Creadores, en el área de cuento con su proyecto Sopor Aeternus y actualmente en el área de novela con su proyecto Las mariposas. En el 2010 publicó su primer libro de cuentos Relatos de un mundo depravado (EdicioneZetina). Ha publicado en diversos medios escritos y electrónicos nacionales e internacionales, así como en antologías como: Estado Crónico: antología de narradores morelenses nacidos en los 80 (Acálasletras, 2009), El grito: muestra iberoamericana de poesía, Garage 69: antología de poesía erótica (Cascada de Palabras, 2010) y Breve memoria de un instante (Simiente Ediciones, 2011).

José Miguel Lecumberri (DF. /1981)
Como escritor ejerce la poesía, el ensayo y la narrativa. Varias de sus obras se encuentran publicadas, tanto en medios impresos como electrónicos en México, España, Canadá y Perú. Entre sus libros más recientes podemos destacar: Moncloe Piscis (Versodestierro), Delirium Videns (Versodestierro), Alter Satan (libro-disco de música, Versodestierro y Horizonte Records), Corrupción de la Gema de la Cordura (Versodestierro) Antología Épica II (Editorial Épica), Antología del l Recital Chilango Andaluz (Cangrejo Pistolero Ediciones, Sevilla). De igual forma ha publicado poemas y ensayos para las siguientes revistas: Versodestierro, La Otra, Opción (ITAM), Kala, Revista Cartucho, entre otras. Como músico ha participado en diversos proyectos y ensambles sonoros, entre los que destacan: Malajim, Hybris-Muette, The Montauk Project y actualmente trabaja en un proyecto solitario llamado Mike Solo.

Gerardo Flores (Chalco, Edo. Méx. / 1984)
Es Licenciado en Literatura Hispanoamericana. Premio Estatal de la Juventud, Tlaxcala 2011. Obtuvo el segundo lugar en el Primer Premio Nacional de Poesía Joven “Jorge Lara”, Yucatán, 2009; Premio de Poesía “Dolores Castro”, Tlaxcala, 2008. Autor de los poemarios Este corazón un tigre enloquecido (Tlaxcala 2010) y Contramar (Veracruz, 2011).Su obra aparece publicada en diversas revistas regionales y nacionales como Arteria (suplemento cultural del periódico El Sol de Tlaxcala); Círculo de poesía. Revista electrónica de literatura, Vozquemadura. Revista electrónica de poesía alternativa y Destiempo, entre otras. Ha sido antologado en la colección Doscientos años de poesía mexicana, (inv. y sel. de Jair Cortés y Berenice Huerta, Tlaxcala 2010); El rapidín. Microrrelatos Iberoamericanos 2011 (Cascada de palabras, DF, 2011) y Poemas para un poeta que dejó la poesía (Cuadernos del Financiero, DF, 2011). Ha participado en diversos encuentros de poesía. Ha dictado conferencias y talleres en Tlaxcala, entre otras cosas. Actualmente vive en Tenancingo, Tlaxcala.

Alejandro Aparicio Morales (Oaxaca-Puebla /1987)
Poeta y narrador. Estudió literatura en la UDLAP, letras iberoamericanas en el Claustro de Sor Juana. Ha publicado en revistas y diarios locales del estado de Oaxaca y Puebla. Ha participado en talleres impartidos por los poetas Francisco Hernández, Diego José, Coral Bracho, Jair Córtes entre otros. Es miembro del taller Artesanos De La palabra de la biblioteca central del estado de Oaxaca. Su obra consta de 6 libros de poesía inéditos. Dos libros de cuentos, una antología con poetas latinos. Ha realizado selecciones de poesía entre ellas la de Ángel Gonzales. En el 2011 se manifiesta junto con otros escritores como poetas poscorrientistas. Actualmente escribe una novela y participa en proyectos culturales. Algunos de sus poemas han sido traducidos al catalán, rumano, ingles. Desde 1994 a la fecha escribe poesía y pervierte hormigas.

Juventino Montelongo (Mazatlán, Sinaloa / 1988)
Poeta. Pertenece a Omeros Colectivo Literario, ha participado en diferentes lecturas e intervenciones poéticas, tanto en Mazatlán como en el Distrito Federal, participó en el muestrario de nueva poesía mazatleca Jugando con los huesos rotos del sol (Orquesta eléctrica cartonera, 2011), ha publicado en revistas independientes, electrónicas e impresas. Es organizador del Festival Nacional de Poesía Lengua de Sol, actualmente termina su primer libro Caligrafía del alba, estudia el último grado en la Facultad de Sociales de la UAS, asiste al taller de poesía impartido por Jesús Ramón Ibarra y trabaja como editor para el periódico Noroeste de Mazatlán.

www.moebius80.blogspot.com
encuentro.moebius@gmail.com

martes, 13 de septiembre de 2011

Resistencia en la metrópolis: Visión de independencia y espacios culturales



Dedicado a El Mane

En México, existe poca vinculación entre la investigación social y la promoción cultural. Una tradición oficialista intenta situar al Estado como eje rector de la organización de la cultura, organicidad que separa la reflexión académica de la actividad propiamente cultural. Desde el gobierno se justifica un proyecto “democrático” de inclusión que, sin embargo, a dos décadas de instituirse el Conaculta, con escasas excepciones, no se ha traducido en un beneficio sustancial a las comunidades del país.

En estas circunstancias, muchos de los actores culturales que se desenvuelven al margen de esta lógica, han adquirido una relativa autonomía frente a las políticas que tratan de encasillar el quehacer cultural de acuerdo a los intereses y prácticas de grupos dominantes. En estas zonas de resistencia se pueden identificar distintos factores que hacen posible otras formas de organización de la cultura.

La investigación y la teoría culturales son herramientas que permiten analizar las interacciones que se producen en el marco de luchas específicas, libradas no sólo en un plano conceptual, sino principalmente en un contexto de procesos sociales articulados, desde los cuales se hace posible que los actores involucrados hablen en relación con los problemas que enfrentan y las estrategias que emprenden para darles solución. En este sentido, es necesario abordar los elementos ideológicos que hacen posible la construcción de una identidad de los colectivos culturales y de esta forma establecer un estudio sistemático de las dinámicas, cambios internos y exógenos ante las estructuras institucionales y en qué medida sucede o no una resistencia cultural.

Como objeto de estudio, el quehacer cultural y artístico de los colectivos de la Ciudad de México y área metropolitana, supone la caracterización y comparación de prácticas resistentes al discurso hegemónico, una serie de vinculaciones que se dan entre colectivos para la realización de acciones artístico-culturales concretas, en distintos niveles de socialización, de acuerdo con los medios-fines donde se enmarcan las luchas.

En el contexto de una sociedad fragmentada y despersonalizada que individualiza las referencias, el sujeto alienado es la expresión de la homogeneización de la cultura, donde en la actualidad, paradójicamente, cada grupo quiere ser nombrado y reconocido, sobre todo entre los jóvenes, como señala la investigadora Lucina Jiménez, al escribir sobre la falta de políticas culturales para este sector. Sin embargo, siguiendo a Marc Augé, la diversidad cultural de la metrópoli queda supeditada a una sobremodernidad que no se dirige en concreto a nadie y como consecuencia, en el caso de la mayoría de los jóvenes, se da una diversificación de gustos en la medida que éstos constituyen circulación y consumo, no tanto de significados culturales como de fetichismos mercantilistas: qué consumes y te diré quién eres.

De acuerdo con Néstor García Canclini, nos encontramos en una megaciudad como signo donde las prácticas sociales que han buscado constituir diferentes espacios para dar significado y explicación de sí mismos de pronto quedan “sitiadas” ante los cambios que responden cada vez más a procesos “macros” de globalización y que en su reproducción cultural, se encuentran fetichizados. Nuevo encantamiento de la sobremodernidad, donde la ciudad se proyecta a sí misma, creando los “no-lugares”; construcciones de identidades artificiales, que a nivel ideológico brindan al sujeto una concepción vaciada de cultura, colmada de imágenes estetizadas, modelos de consumo, proyecciones virtuales, propaganda política, prácticas corruptas; elementos ideológicos que dan lugar a la marginación, exclusión, discriminación e intolerancia como prácticas sociales, síntomas de la cultura hegemónica que aparentemente nos brinda respuestas a los problemas de la realidad, pero que en realidad la pervierten, afines a los intereses de una clase dominante.

Ante esto, la organización artístico-cultural por parte de los colectivos propone una postura estética, ideológica, política, moral, etc., de resistencia concreta, a través de rupturas y continuidades de una identidad relacional, lo cual implica analizar e identificar esas relaciones donde se establecen tales prácticas frente a los distintos contextos de dominación en donde se antepone la fragmentación a la integración social y la diversidad antihegemónica, y en la que los sujetos no pueden hablar ni reconocerse. Esto es un problema de la identidad cultural y con el fin de adentrarnos en la significación de ésta, hay que tomar en cuenta, retomando a Slavoj Žižek, que lo que sostiene a la identidad en un terreno ideológico determinado, es la articulación de elementos dispersos en un “punto nodal”, es decir, un referente que los contenga y que tiene que ser nombrado desde los sujetos mismos, en el lugar desde el cual ellos hablan para dar un carácter independiente a su quehacer.

Resalta el concepto de Antonio Gramsci en sus Cuadernos de la cárcel, referente a los grupos “orgánicos”, en el que incluía a los artistas e intelectuales, los cuales se definían con relación al grupo social dominante, donde en el plano ideológico se reproduce la identidad hegemónica de la producción capitalista. Sin embargo, también se concedió una relativa autonomía a estos agentes de la reproducción cultural, hasta el grado de que los “intelectuales tradicionales” dejaron hace tiempo de detentar y monopolizar el saber pues, a decir, de Michel Foucault, el conocimiento se ha masificado. Asimismo, si se sostiene que el desarrollo capitalista hizo posible una fuerte autonomización del campo artístico y de los signos estéticos de la vida cotidiana, como señala Pierre Bordieu, entonces la construcción de la independencia en los colectivos culturales actuales, tiene que ver con los posicionamientos que asuman frente al sistema capitalista.

En este sentido, los espacios públicos tomados por parte de los colectivos en resistencia, adquieren relevancia entre otros fenómenos urbanos. Se trata de recuperar, hacer suyos, “regenerar” estos espacios como lugares públicos, donde aparecen rasgos de integración social diametralmente antagónicos a los “no-lugares” que señala Augé, surgiendo dificultades y tensiones para lograr el propósito de que los espacios adquieran un valor y reconocimiento comunitario. Lo anterior conforma modos de actuar en el ámbito de la reproducción cultural, simbólicos y materiales, donde existen factores de identidad visibles en prácticas como la disposición para el encuentro, diálogo y retroalimentación; la solidaridad en el trabajo colectivo; la autonomía creativa e intelectual; la organización de redes de cooperación y autogestión; la realización de proyectos culturales para la población marginada; en la experimentación e innovación de las obras y presentaciones artísticas; en la reflexión y proyección de nuevas propuestas en la promoción cultural; en la generación de públicos y la participación de la sociedad civil. Esto es, en suma, en el marco de una noción comunitaria del quehacer cultural.

Siguiendo lo anterior, la aparición de colectivos culturales en las periferias de la Ciudad de México, es un fenómeno llevado a cabo por jóvenes que de manera profesional y autodidacta se dedican a las artes visuales, plásticas y escénicas; a la promotoría y gestión cultural; como músicos, artesanos, escritores, performanceros, cineastas, entre otros; expresándose de manera conjunta y organizada. Algunos de estos colectivos tienen, como hicimos mención, el común denominador de intentar recuperar espacios públicos, ya que en ello encuentran un foco de resistencia que atrae a las distintas identidades juveniles, lo que otorga valor a la acción cultural donde se enmarcan las luchas.

Mediante la organización colectiva se crearon el Foro Cultural Calpulli-Marina, en la Unidad Habitacional Marina Nacional, en la Colonia Anáhuac, así como el Andador Cultural “El Semillero”, en San Cristóbal Ecatepec, Estado de México, por parte de los colectivos culturales Calpulli-Cuatropuntos y el A.P.I.E (siglas del Colectivo de Artistas Plásticos Independientes de Ecatepec). Estos colectivos tuvieron un importante acercamiento en 2006, cuando sus miembros comenzaron a entablar amistad entre ellos y compartieron experiencias en torno a los proyectos culturales que entonces emprendían; retroalimentación que resultó en la voluntad conjunta de asumir la organización, en 2007, del Segundo Encuentro Nacional de Artistas Jóvenes Independientes, en el Centro Interactivo de Ecatepec de Morelos, así como del Tercer Encuentro Nacional de Artistas Jóvenes Independientes (ENAJI), en 2008, en el Foro Cultural Calpulli-Marina, con el fin de integrar una Red de artistas de todo el país.

Para ahondar en el carácter independiente de estos colectivos culturales, hay que considerar que la organización del Tercer ENAJI consideró realizar una investigación sobre los asistentes y participantes a este evento de carácter nacional en el Foro Cultural Calpulli-Marina, cuyos resultados son fructíferos en la medida que se estableció un primer “Diagnóstico del quehacer cultural y artístico independiente de los jóvenes mexicanos y su percepción sobre las instituciones y políticas culturales”, bajo la coordinación de Luis Fernández, entonces editor de la revista “Sapiencia, Sociedad en Movimiento”. Dicho estudio en un principio tuvo un prometido apoyo de Vinculación Cultural de Conaculta, con el fin de aportar elementos para la elaboración de políticas culturales para los jóvenes, inexistentes hasta el momento. En el vaivén de la burocracia cultural, el director entrante, apellidado Saucedo, retiró esta oferta. Sin embargo, el diagnóstico se realizó independientemente de la falta de apoyo, por lo que es posible hacer un análisis de los resultados que arrojó el mismo.

El Tercer Encuentro “Tejiendo lazos entre el arte y la comunidad”, realizado en las instalaciones del Foro Cultural Marina Calpulli los días 20, 21 y 22 de noviembre de 2008 por el Colectivo Calpulli-Cuatropuntos, un año antes realizado por el colectivo A.P.I.E bajo el lema “Conciencia colectiva en movimiento”, mostró ser un evento caracterizado por la apertura, la pluralidad y el reconocimiento. Durante sus tres días de duración, más de 180 jóvenes artistas provenientes de 12 Estados del país, mostraron sus propuestas en las 10 disciplinas consideradas: artes plásticas, artes escénicas, artes circenses, artes visuales, música, literatura, performance, instalación, graffiti e investigación en el ámbito artístico.

Como antecedente del espacio, el Foro Cultural Calpulli-Marina fue una tienda de la Conasupo, con el cierre de esta empresa pública se adaptó para bodega, a cargo de la Administración de la Unidad Habitacional, por considerarse área común del conjunto de 684 departamentos. En 2005, jóvenes vecinos demandaron que este espacio se destinara para actividades artísticas y culturales, consiguiendo, en su momento, permiso de la administradora para poder habilitar el espacio.

De esta manera, sacando escombro y pintando murales, los jóvenes convirtieron este espacio en un foro cultural abierto a la comunidad. Comenzaron a realizase eventos artísticos, además de talleres de diversa índole y se ampliaron las necesidades de infraestructura, por lo que se impulsó un proyecto para la rehabilitación de este espacio, logrando apoyo de la Delegación Miguel Hidalgo en 2008.

El público asistente al Tercer ENAJI pudo disfrutar de una gran variedad de eventos artísticos gratuitos: obras de teatro, danza, performance, lecturas de poesía, proyección de cortometrajes y música, además de la muestra temporal de pinturas, grabados, fotografías, esculturas y otros objetos elaborados por los jóvenes artistas participantes. Los espacios de exposición permanecieron abiertos al público y se complementaron con un pequeño tianguis de artesanías donde podían adquirirse, entre otras cosas, piezas, libros y prendas de vestir.

En el área de investigación, se realizó una serie de actividades: conferencias y mesas redondas, con el fin de conversar acerca del quehacer artístico de los jóvenes. Entre las acciones más destacables se encuentra la presentación de algunos proyectos de promoción cultural. Todo esto enriqueció el constante diálogo entre los artistas, los estudiosos del quehacer artístico y el público que, aprovechando la presencia de algunos creadores, expresaron sus dudas y comentarios, originando con ello discusiones sobre distintos temas.

En el marco de este evento se levantó una encuesta, la que tuvo dos tipos de reactivos. El primero estuvo dirigido a los artistas participantes, y fue aplicado a 83 de ellos; mientras que el segundo se aplicó a 201 asistentes, siendo un total 284 encuestados. Ambos cuestionarios contenían un bloque de preguntas abiertas para conocer la opinión sobre temas como las políticas culturales y el funcionamiento de las instituciones de gobierno encargadas del arte y la cultura.

En una descripción general de las características de los 83 artistas jóvenes encuestados, casi la mitad del total de artistas participantes al ENAJI provenían de 12 Estados del país, aún cuando la mayoría reside en la Ciudad de México y los municipios de Tlanepantla, Cuautitlán Izcalli, Atizapán, Naucalpan, Ecatepec, Nezahualcóyotl, Coacalco, Los Reyes La Paz, Tultitlán y Nicolás Romero.

Cabe destacar que más de la mitad de los artistas encuestados formaba parte de algún colectivo artístico.

Para la mitad de los artistas encuestados, el carácter independiente de su quehacer radica en la independencia conseguida en sus creaciones, cuyas marcas son su autonomía ideológica y creativa. Esta cualidad les confiere, a su parecer, la posibilidad de experimentar y a la postre desarrollar propuestas innovadoras, con lo que eventualmente generan cambios en las formas de hacer o presentar una obra artística. Independencia expresada más en la forma que en el contenido.

Sin embargo, operar fuera de los cánones vigentes, tanto de la academia como de los principales circuitos de arte, les ha traído dificultades para exponer sus obras en los espacios que estos gremios controlan, con lo que una buena parte de estos artistas no recibe el reconocimiento que merece y terminan siendo excluidos. En contraste, un sector de este grupo considera que desenvolverse en condiciones adversas es la esencia de su actividad artística, y se inclinan por la autogestión y el fomento de redes de cooperación libre. La adversidad es la esencia misma de la independencia a la que se aspira.

Para una cuarta parte, en cambio, la independencia tiene que ver con el financiamiento de su quehacer. La libertad económica respecto a instituciones públicas o privadas (instituciones de gobierno, empresas, entre otras), les permite crear sin tener compromisos políticos o ideológicos y con fines comerciales. Por último, la fracción restante no aclara si su labor artística es independiente y en qué consiste tal atributo.

Estos resultados revelan los distintos modos como los jóvenes creadores piensan el carácter independiente de su quehacer. La dimensión creativa atañe no sólo a la clara reivindicación de imaginar fuera de los límites burocráticos, bajo los cuales se expresa la ideología del poder institucional, y en ella, también, la decisión de los grupos independientes de definir qué hacer en su obrar estético y cómo hacerlo. La dimensión ideológica, estrechamente asociada a lo anterior, se relaciona con rehusarse a tomar partido por una causa a cambio de ayuda, sea esta económica o de cualquier otro tipo.

Finalmente, la dimensión económica tiene que ver con la utilización o no de recursos personales o familiares para el ejercicio de su trabajo artístico, lo cual no deja de ser una manera distinta de expresión de la misma ideología de la que se quiere escapar. Un círculo vicioso del que es difícil evadirse, y en el cual se definen las verdaderas formas de independencia creativa e intelectual sobre la que se debate el quehacer artístico de estos grupos de jóvenes creadores.

Este diagnóstico aborda otros aspectos tales como la formación y la percepción que los artistas tienen sobre el funcionamiento de las instituciones culturales, basándose en su propia experiencia, con el objeto de conocer cuáles son los principales problemas que limitan el quehacer artístico independiente. Conforme este estudio ahonda más en las problemáticas que aquejan a la cultura, más adquiere un carácter de denuncia.

Es evidente que las instituciones necesitan de mecanismos eficaces para la difusión de sus programas, concursos y eventos artísticos, pero sobre todo requieren transformarse para que el arte independiente tenga a su servicio el acceso a las políticas y no al revés, dejando de estar subsumido a los intereses políticos de partido o mafia cultural, lo cual es tema de otro estudio sociológico.

La mayor parte de los artistas jóvenes independientes son concientes de que existe un manejo discrecional de los recursos destinados a las actividades artísticas, que la distribución del presupuesto en este ámbito responde a criterios elitistas, bajo los cuales el apoyo se dirige primordialmente a los artistas de renombre o extranjeros, lo que margina las manifestaciones artísticas emergentes que ellos mismos producen; denuncian, además, que hace falta apertura, pues en las instituciones se carece de espacios y de difusión para las nuevas propuestas y sus públicos.

Señalan que no hay un compromiso serio para que los proyectos artísticos tengan continuidad y logren consolidarse en el mediano plazo; que existe una excesiva burocratización al momento de gestionar los escasos apoyos y espacios que estas instituciones ofrecen, ya que las políticas no cumplen su papel de promover y difundir la cultura.

Hay quienes han insistido en abrir espacios alternativos, pero afirman que han sido objeto de desconfianza y desaprobación por parte de las instituciones de gobierno, tanto por su condición de jóvenes como por su ánimo de emprender cambios. Esta reticencia y estigma institucional, excluye a los nuevos talentos y tiene consecuencias en la desaprobación de los programas gubernamentales.

Algunos de los problemas arriba enumerados no sólo limitan las oportunidades de los creadores jóvenes, sino que ponen en evidencia las diversas deficiencias de las instituciones encargadas de promover y difundir las actividades artísticas en México. Al mismo tiempo, ante estas condiciones se establece un carácter independiente por parte de los colectivos de artistas y promotores culturales jóvenes, que propone alternativas al desarrollo cultural y artístico de las comunidades.

En la actualidad, ante los embates políticos del país, que amenazan con la regresión nociva a un sistema autoritario aparentemente superado y a hegemonías tradicionales de carácter burocrático, tanto el Foro Cultural Calpulli-Marina así como el Andador Cultural “El Semillero”, impulsan, por medio de sus promotores, la reivindicación de lugares destinados a la expresión artística y son ejemplos de esfuerzos conjuntos para la regeneración del tejido social, como proyectos desde los cuales se puede ejercer una resistencia digna. Una manera de hacer arte desde los espacios populares y marginales de la ciudad.
 
Lamentablemente, a la adversidad de la falta de políticas que realmente estimulen la creación artística independiente (la única, en realidad, posible), se suma una lógica que va arrojando a éstas y otras propuestas, al abandono, olvido y desconocimiento sistemáticos por parte de las autoridades competentes.

En el caso del Foro Calpulli-Marina, éste permanece cerrado desde 2009 por órdenes de la Administradora de la Unidad Habitacional Marina Nacional, en un momento en que el espacio estaba teniendo mayor proyección y a pesar de que había sido rehabilitado con recursos públicos de la Delegación, volvió a su condición de bodega, en el mejor de los casos, cuando el compromiso inicial era impulsar su vocación cultural.

De la misma forma, con el PRI de vuelta al gobierno municipal de Ecatepec, se terminó por cerrar el Andador Cultural El Semillero, ante la indiferencia y el estigma institucional hacia un proyecto hecho por los jóvenes del colectivo A.P.I.E. De la intensa actividad cultural que llegó a tener ese espacio, ahora sólo quedan los murales como mudos testigos de la resistencia emprendida desde abajo. Defender estos espacios requiere, entonces, de terquedad e imaginación. Al respecto, miembros del colectivo Cuatropuntos emprendieron un viaje desde 2010 por varios puntos del país, entre ellos Ecatepec, Oaxaca y Ciudad Juárez, con el fin de documentar la experiencia de diversos colectivos en torno a la recuperación de espacios para el arte y la cultura.

Con ello se pretende crear un acervo en video que contenga tanto la denuncia como la evidencia del trabajo cultural que frente a cualquier dificultad, muchos colectivos construyen desde espacios e identidades independientes, entendiendo con esto la generación de autonomías que frente al paternalismo cultural vienen a romper con una lógica imperante de condicionamientos y omisiones institucionales.

Algunas imágenes del Foro Cultural Calpulli-Marina y del Andador Cultural “El Semillero”, así como actividades que se han realizado en dichos espacios por parte de colectivos de diversas disciplinas, se pueden disfrutar en el video “A través de la serpiente”:






miércoles, 24 de agosto de 2011


Revista Sapiencia Número Doble 6/7

Lectura en línea con cambios de página


Ha llegado el número doble de la revista "Sapiencia, Sociedad en Movimiento". Un proyecto creado por los estudiantes de Sociología de la UAM-Azcapotzalco y que en su dossier: "Las luchas obreras en el contexto de la crisis global" publica artículos que tocan temas comunes en cuanto a la perspectiva del sujeto/investigador que elabora una crítica social permeada por la propia experiencia frente al mundo del trabajo, como por la voluntad de elaborar explicaciones desde las disciplinas sociales y humanísticas que rebasen los característicos estudios "laborales" que, hechos a la medida de las corporaciones, tratan de imponer una visión neoliberal para abordar los problemas de la crisis mundial actual. Con este número de "Sapiencia" esperamos provocar en los lectores una sacudida de conciencia no sólo como jóvenes ante un futuro incierto, sino como clase trabajadora en potencia; reflexiones que orienten a tomar pautas de acción sobre las alternativas frente al sistema imperante.

 

lunes, 8 de agosto de 2011

Llamamiento

A los jóvenes poetas de la tierra

Queridos amigos:


Es preciso lograr que las piedras hablen, los muros griten y los árboles expresen la poesía de la gran humanidad.

Los llamamos a poetizar los espacios públicos de las grandes y pequeñas ciudades del mundo. Será nuestro masivo y amoroso medio de comunicación con “los otros”, que somos también nosotros.

Es preciso que desarrollemos un gran movimiento por la globalización de la libertad de pensamiento y de la libertad de expresión, a través del lenguaje sereno, claro y revolucionario de la poesía.

Con un saludo fraterno

Comité de Dirección del Festival Internacional de Poesía de Medellín
 

jueves, 4 de agosto de 2011

En busca del hilo de Ariadna

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El lunes pasado fui a tomar café con los editores de Verso Destierro, Andrés Cisneros y Adriana Tafoya. Se habían citado con el poeta Enrique González Rojo Arthur, y con Alicia Torres, su esposa. Hablamos de poesía. ¿De qué otra cosa podríamos conversar? Enrique González Rojo Arthur (EGRA) está próximo a cumplir ochenta y tres años de edad, pero su juventud la lleva en los ojos, en la pasión que sigue teniendo al conversar, en lo que escribe, en lo que percibe del mundo.

En la portada del número anterior del Periódico Paideia, de Tabasco, (del cual no habíamos tenido oportunidad de charlar, y en el cual incluyeron, en su dossier sobre las mafias literarias, un texto de EGRA, escrito hace más de 35 años, pero que “extrañamente” continúa vigente) aparecen los nombres de los colaboradores y sus retratos a la manera de la mafia siciliana de Nueva York. El propio nombre de EGRA aparece debajo del rostro de Marlon Brando como “El Padrino” de la propia “Paideia”. Gesto irónico y divertido de su editor, Lorenzo Morales Malasangre, que hizo sacarle a EGRA una sonrisa.

También sale a colación la revista “Sapiencia”, donde aparece el artículo de Jorge Aguilera López que aborda críticamente la concepción de EGRA sobre el trabajo intelectual y sus implicaciones estéticas. Cuando abre la “Sapiencia”, Enrique se encuentra con la entrevista a Norma Bazúa que le hizo Andrés pocos meses antes de su muerte. La mirada de Enrique se entristece, pues recuerda quedó pendiente una cena con la poeta sinaloense, a quien se le rendirá homenaje póstumo en la FIL de Minería. Platicamos sobre ella. Abundo en mi impresión cuando leí la parte de la entrevista donde Norma muestra un especial interés por mandar una de sus obras a España… pero el tiempo se le estaba acabando, aunque ella se negaba a aceptarlo. Al final de sus días, fue con Verso Destierro donde encontró el apoyo literario que tanto le hizo falta, pues además de haber publicado “Aprender la muerte” esta editorial independiente recién acaba de publicar, en coedición con Poetas en Construcción, el libro póstumo “Una chispa del cuerpo y ya el incendio del sueño”.

EGRA menciona que Jorge Aguilera López también estuvo en su homenaje realizado en el Club de Periodistas, hace un par de meses, pero que nadie pudo escuchar bien su ponencia, ya que el sonido era pésimo. Ahora con la publicación del artículo, por fin iba a saber de qué se trataba. El Secretario de Desarrollo Social, Martí Batres, sentado junto a EGRA en esa ocasión, no pudo hacer nada frente a las fallas técnicas, pero eso sí, estuvo muy “orgulloso” con la presencia de Enrique.

Otra anécdota reciente fue el encuentro en un restaurante de González Rojo con Eduardo Lizalde, su compañero poeticista de juventud. A diferencia de mucho tiempo atrás, donde a partir de una ruptura ideológica su amistad se distanció, en esta ocasión se abrazaron y el “Tigre” Lizalde le dijo: “no hemos envejecido tan mal”. Esto me recordó también el homenaje en el Club de Periodistas que le realizaron a EGRA, pues cuando salí de ese recinto, al pasar por Bellas Artes, había visto salir también a Lizalde y me pareció increíble que ambos estuvieran tan cerca y tan lejos. Tuve una rara nostalgia, junto a la sensación solitaria de ser el único testigo de los hilos de Ariadna que se tensan entre ambos poetas.

Adriana Tafoya cuestiona el interés que tienen los políticos del PRD en EGRA, lo que derivó en una discusión sobre el vacío ideológico de ese partido y la falta de congruencia de sus dirigentes, por lo que salta su interés al acudir a intelectuales como Enrique. EGRA aclara entonces que la invitación que le hicieron para un homenaje no fue por parte del gobierno, sino a iniciativa de un amigo suyo, y que fue apoyado a su vez por esa instancia. Luego, nos comenta al respecto, que el PRD del Distrito Federal recientemente le había propuesto la publicación de sus obras completas, como “la gran oportunidad de su vida”, a lo que EGRA se negó rotundamente, pues a partir de la ruptura ideológica que tuvo con ese partido no ha dejado de tener una postura crítica, por lo que no consideró coherente aceptar una oferta de esa naturaleza.

Le entrego a González Rojo la antología de “Moebius. Memoria del Primer Encuentro 2010. Poetas nacidos en los 80” que acaba de salir de imprenta, y le comento que fue publicada de manera autogestiva con los apoyos de los poetas participantes, compilada por Estephani Granda Lamadrid, editora del Semanario Deportivo de Poesía (SDP), que pretende año con año se vuelvan a llevar a cabo tanto el Encuentro como la publicación, de tal manera que en próximas entregas en el propio SDP aparecerá publicada la convocatoria correspondiente.

EGRA se muestra entusiasta de revisar el índice, poeta por poeta. Hace tiempo que ya había externado su interés por conocer la obra de poetas más jóvenes. Alguna vez me preguntó si entre los jóvenes de mi generación la poesía social era abordada. En ese momento me pareció que no era un aspecto predominante, era una excepción. A mí me decían bicho raro al escribir poemas sobre hechos históricos o sociales, como la matanza de Tlatelolco. Al contrario, la poesía social era una excepción. Sin embargo, quizás esa misma impresión de “excepcionalidad” en varios poetas se ha vuelto reto para abordar este tipo de temas, pues también es necesaria una asimilación de los acontecimientos con relación a sus propias experiencias de vida. Entonces, por ejemplo, en el caso de los poetas de mi generación ¿nos encontramos ahora con una poesía social no sólo en gestación, sino en plena efervescencia?

EGRA nos comentó que Alicia Torres y él habían estado trabajando un texto sobre las generaciones literarias precisamente. La versión de Ortega y Gasset, al respecto, comento a EGRA, defendía una postura de élites y dividía a las generaciones por cada 15 años. Algunas generaciones se mencionan por un año en específico, como las españolas del 98 y la del 27, respecto a publicaciones o hechos importantes. Se han llamado Contemporáneos, en México; Beat en Estados Unidos, aunque en realidad sólo hagan referencia a un grupo o publicación específica. Entonces, ¿bajo qué criterios podemos distinguir a nuestra generación de otras? Creo que la nuestra se definirá más por sus obras en retroalimentación, crítica y reconocimiento unas de otras, dentro nuevos tipos de socialización y formatos de difusión de la poesía, así como por acontecimientos públicos, promoción cultural y participación colectiva.

Adriano Rémura, que ha llegado tarde a la mesa, y con él el tema álgido de otra Antología, la de “Poemas para un poeta que dejó la poesía”, a propósito del asesinato del hijo del Javier Sicilia, publicada por Eusebio Ruvalcaba y Víctor Roura, en una colección de El Financiero, en la que estamos incluidos Enrique y yo. Rémura se muestra crítico al respecto y no desaparece la sospecha de su rostro. ¿Para quién ha servido esta publicación, de qué ha servido para que las cosas cambien?, me pregunto yo. En principio, fue un gesto de solidaridad, pero tanto Enrique como yo coincidimos en la ingenuidad con que, después del trágico acontecimiento y la declaración de Sicilia de que abandonaría la poesía, había incurrido el poeta al tratar de liderar un movimiento social con una postura tan poco secular, y más bien religiosa, y con gestos absurdos como abrazar al propio Calderón y ahora a Beltrones, personajes “siniestros”, líderes de la clase política responsables de desastre nacional, el primero ha llamado a su guerra una “cruzada”, se apropia de los discursos ciudadanos y utiliza los mismos símbolos para legitimar su poder cuando en los hechos el Estado sostenido por su régimen ya es fallido; el segundo está al frente del PRI de la Cámara de Senadores, un político nacido en Sonora, de donde son los narcos que protege ese mismo partido.

Hay algo que debe separarse, defendió Enrique, el hecho del dolor de perder a un hijo y las muestras que eso despierta y lo que a posteriori hizo Javier Sicilia en lo político. Lo primero es lo que lo movió a participar en la Antología, lo segundo es la razón por la cual ahora afirma que no sólo no tuvo el efecto deseado, sino que ha fortalecido al gobierno federal, aunque confiesa en principio confió en “la buena voluntad” de Sicilia. Para Adriano Rémura esta situación no puede ser fruto de la ingenuidad, sino que por lo menos parece un fenómeno creado como paliativo social. EGRA coincide en que el gobierno federal, efectivamente, es el que sale beneficiado de esto. Yo recuerdo, frente al reproche de Domínguez Michael de que muchos de los que escriben sobre este tema sólo conocen a Sicilia a partir de la muerte de su hijo y no en lo literario, uno de los últimos poemas publicados por él, si no es que el último, antes del suceso: aparece en la revista “Perros del alba” en su quinto número, titulado “Lista de Preferencias”. Cuando habla acerca de las muchachas, dice “las de veinte”, cuando se refiere de las mujeres dice “las más maduras”; cuando habla de sus creencias dice: “de los dioses/ el único y trinitario”. Mientras EGRA sigue discutiendo animosamente sobre lo imposible que resulta, un padre pueda al igual que Abram, sacrificar a un hijo, recuerdo y me hacen temblar los versos finales con que cierra aquel poema de Sicilia: “De las vidas/ las verdaderas… De las muertes/ las que se entregan”.

Ya me he bebido tres tazas de café, no puedo pedir otra más porque están cerrando el restaurante. Se nos ha pasado el tiempo de volada, como suele ocurrir en una buena charla. Enrique nos platica de un poemario que realizó y que está corrigiendo. Me reservo el nombre. En éste, Enrique vuelve al mito, aún cuando ha escrito poesía social y de otro tipo, porque es como estar conversando a través de la época. Todo es cuestión de salir del laberinto, y que se resume finalmente, en la búsqueda de la libertad. El hilo de Ariadna que vinculara lazos de sangre entre los poeticistas, vuelve a conducir la pluma de EGRA, en un poemario donde aparecen los héroes y personajes míticos de la cultura cretense. No podemos quedarnos más tiempo en el restaurante y afuera ya hace más frío. Tenemos que despedirnos. La pareja entonces cruza una glorieta para llegar a su departamento, los otros cuatro tenemos que cruzar la ciudad en diferentes direcciones. Durante el camino, seguimos discutiendo: “Está bien, el movimiento es religioso”, yo acepto, “pero y los ateos y los antiteístas, a quienes también les matan a sus hijos, dónde quedan?”, espeta Adriano y se despide con esa pregunta cuando yo desciendo del Metrobús.

Camino a casa y me parece que EGRA ha sido especialmente sensible con el tema del hijo de Sicilia, porque el poema que escribió también estaba referido a la muerte de su propio hijo, también Enrique, en el 2008. Curiosamente a mí me pasó algo similar, sólo que a la inversa, porque recientemente había muerto mi abuelo y el poema que escribí para la Antología estaba atravesado por ese duelo, por lo que en “Días de ignominia” no abordo tanto la cuestión social. Pero coincido con la idea de Adriano Rémura, de que si hubieran asesinado al hijo de otro poeta, hablamos no de un poeta clerical, sino a alguien más cercano, “uno de nosotros, como Pancho Zapata”, no hubieran hecho nada, ni lo hubieran recibido en Los Pinos. Ya lo había dicho Rémura en algún momento de la reunión, cuando EGRA nos contaba que había rechazado la publicación de sus obras completas por parte del PRD: “El problema es que, a diferencia de tu caso, actualmente casi todos los poetas carecen de congruencia, y no sólo ideológica, sino ética y estética”.


 Leonora Carrington (1917-2011). La hermana del Minotauro y
El Laberinto.


 .
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martes, 26 de julio de 2011

Alojamiento del instante

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Resonancia de lluvia
promesa de relámpago
las plantas frías
cambian de estación
como de pétalos.

Veo el ventanal
el herraje me parece
una cárcel.

Otro trueno avisa mi desconcierto
apalabrados con la lluvia
mis zapatos están secos
puedo salir hacia los charcos.

Pero me quedo aquí  
petrificado por un rayo
fuego de mar que nos absorbe
ahí donde cayó un instante
el único lugar donde habitamos.


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lunes, 25 de julio de 2011

Periferias sin certezas

Dos centros culturales en Ciudad Juárez y el Distrito Federal


No me cansaré de señalar que sin espacios para la cultura no existirán alternativas para el país. Y sería necedad de mi parte tal señalamiento, si no fuera porque la obstinación de los que niegan este hecho es mayor y mucho más perjudicial que mi opinión personal en esta columna.

Los que promueven una estrategia de seguridad nacional basada en la militarización del país, lo mejor que han podido vislumbrar durante este lamentable sexenio, es que los jóvenes ingresen a las corporaciones policiacas, para no tenerlos sin escuela y sin trabajo dignos. La sociedad civil, en este contexto, está amarrada de pies y manos, vendada de los ojos, sin una vida democrática ni garantías a futuro.

Estoy convencido que una forma de contrarrestar esta lógica es confrontarse con una serie de símbolos y estrategias culturales, es decir, tanto en el terreno ideológico como en el práctico, que resulten en un medio efectivo para que la sociedad se organice de otra manera, pues no se trata únicamente de individuos sino de un problema estructural que se tiene que enunciar desde otros espacios.

No queda más que reconocer las acciones que han emprendido distintos colectivos para que desde la (auto)gestión cultural, la creación interdisciplinaria y perspectivas comunitarias, los espacios culturales sean consolidados, en muchas ocasiones desde contextos muy adversos, como en los dos casos de actualidad que abordaré a continuación, periferias sin certezas, que tienen que ver con el reconocimiento del trabajo realizado y acuerdos que garanticen la vigencia cultural de estos espacios.

En el primer caso, se trata de un Teatro ubicado en el interior de la Preparatoria “Adolfo López Mateos” donde el Colectivo Cultural Vagón ha realizado, desde 2007, distintas actividades culturales en beneficio de la comunidad  fronteriza de Ciudad Juárez. Puesto que dicha institución está pasando a formar parte del Colegio de Bachilleres, Vagón ha solicitado a las autoridades entrantes la continuidad del proyecto, garantizando que el Teatro siga funcionando como tal.

Con una antigüedad de más de 40 años, esta preparatoria alguna vez estuvo del lado de Estados Unidos, construida al estilo de las secundarias norteamericanas. Pero el cauce del río Bravo habría de reconfigurar los límites fronterizos y al presidente López Mateos le tocó pactar la nueva demarcación. El teatro, deteriorado por el evidente desuso en que lo tenían, actualmente se encuentra intervenido por Vagón, emprendiendo con esto diversos proyectos culturales.

El teatro, con capacidad para 350 personas, fue apoyado en 2008 con recursos del Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias (PACMYC) que opera el CONACULTA a través del Instituto Chihuahuense de la Cultura para rehabilitarlo, gestionando Vagón los recursos para echarlo a andar como un espacio abierto no sólo a los estudiantes, sino a toda la comunidad. Desde entonces se ha creado el grupo de teatro de la escuela y se apoyan entre sí grupos de otras localidades para montar sus obras en este espacio.

Vagón, cuyo logo aparece con la frase “un rumbo distinto”, comenzó organizando lecturas de poesía en distintas comunidades de la frontera norte como Ascensión, San Agustín y Valle de Juárez. Actualmente cuenta con un proyecto editorial en proceso, que consiste en un portal electrónico de e-books. Sin embargo, de la literatura pasaron también a la producción de cortometrajes, el primero de éstos se tituló “La silla”. Encontraron en el Teatro no sólo un punto de cohesión para el trabajo con otros grupos, con montajes escénicos coproducidos, sino que han llevado a cabo un taller de teatro itinerante, en un centro comunitario de la colonia Francisco Villarreal, junto con un taller de producción audiovisual. Esto acredita el valor del quehacer cultural alcanzado por jóvenes juarenses que además de creatividad tienen un amplio sentido de las implicaciones sociales que su quehacer conlleva, donde es necesaria una visión más allá del centralismo oficial.

Cuando los entrevistamos a principios de 2010, dentro del Teatro, sentados en las butacas, los miembros de Vagón nos platicaron de sus objetivos y sueños; de sus vocaciones y complicidades; de su amistad en medio del caos. Mientras eso sucedía, las autoridades de la escuela recibieron una llamada: una amenaza de bomba. Interrumpieron las clases y nuestra entrevista. Todos tuvimos que salir, desconcertados, con las cámaras en mano. Afuera, un cerco militar se había instalado sobre la escuela, la Policía Federal aprovechó para introducirse en la Universidad, que esta a un costado de la Prepa, en lo que se llama El Chamizal.


El desalojo de alumnos, algunos asustados, otros alegres por la suspensión de actividades, además de la presencia de los uniformados, me hicieron estragos en la memoria. La Guerra de Calderón me parece un pretexto perfecto para transgredir la autonomía de este tipo de espacios, no sólo el del campus universitario, agraviado tantas veces con amenazas y disparos a los estudiantes, sino que es incluso un agravio al mismo Teatro, “peinado” en esa ocasión por los soldados, pero ¿de dónde viene la amenaza?

En su declaratoria, los miembros del Colectivo Vagón consideran importante que el Teatro de la Preparatoria Adolfo López Mateos “siga siendo una puerta abierta para las distintas agrupaciones artísticas”, cuyo trabajo debiera ser reconocido. Tanto es así, que solicitan que se incorpore como patrimonio cultural de Ciudad Juárez, petición que debiera ser aceptada a la luz del difícil contexto que viven sus habitantes.

Por otra parte, el viernes por la tarde me encontré con el encargado de las actividades literarias del Centro Cultural Xavier Villaurrutia, ubicado en la glorieta del metro insurgentes, en el Distrito Federal. Aproveché para comentarle el interés que teníamos por presentar una antología de poesía en este espacio, para finales de septiembre, a lo que me dijo que el espacio permanecería cerrado hasta nuevo aviso. El mismo hombre que había abierto una librería especializada en poesía, a la que asistimos varias veces en la Colonia Roma, ahora pasaba a ser otro desempleado en la capital del país.

Este sábado 24 de junio, leí una nota en “La Jornada” al respecto, donde se dice que el espacio cerrará de manera temporal por los trabajos del STC en la glorieta Insurgentes, pero que las autoridades se comprometen a mantener el Centro Cultural Xavier Villaurrutia, donde la titular de cultura del GDF firmó un acuerdo que asegura la devolución de las instalaciones y de los contratos laborales. “Ante el eminente cierre temporal del espacio cultural, los maestros y talleristas deberán entregar las instalaciones –locales 11 y 12– el próximo 31 de julio y les serán devueltos cuando concluya el remozamiento proyectado por el STCM”.

La historia de este centro también da cuenta de muchas vicisitudes, pues ya hace varios años que también lo habían querido quitar. Me acuerdo que los policías querían ahí su estación, hasta que lograron obtener remozamiento y otro local más, con lo que se ampliaron sus actividades. Yo mismo, por razones circunstanciales le ayudé al encargado de entonces a imprimir unos carteles de denuncia con apoyo del sindicato de la UAM.

La última vez que asistí a este Centro fue hace un par de meses, para la presentación de “Infierno blanco”, poemario de Víctor M. Muñoz, lo que me llenó de gusto porque el centro está bien ubicado, en el corazón de la glorieta de insurgentes, lo que de alguna manera garantiza un público diverso. Pero hacen falta más espacios, desde luego, inclusive en la capital, no se diga de los estados, pues se repite a escala la centralización. La lógica es para más, nunca menos, pero parece que a las autoridades culturales hay que recordarles esto a cada rato, a falta de profesionalismo y de políticas con mayores alcances en las comunidades.

Por lo pronto, espero que nos alcance el tiempo de presentar la antología de poesía en este espacio. Que el cierre de este espacio cultural no sea para siempre, incluso de una vez deberían aprovechar para remodelarlo. A los lectores de esta épica columna, que cargan a sus espaldas todo el peso de la literatura (o su levedad), en estos tiempos desolados, les escribo de memoria este Nocturno de Xavier Villaurrutia:


Nocturno de la estatua:

Soñar, soñar la noche, la calle, la escalera
y el grito de la estatua desdoblando la esquina.

Correr hacia la estatua y encontrar sólo el grito
querer tocar el grito y sólo hallar el eco
querer asir el eco y encontrar sólo el muro
y correr hacia el muro y tocar un espejo.

Hallar en el espejo la estatua asesinada
sacarla de la sangre de su sombra
vestirla en un cerrar de ojos
acariciarla como una hermana imprevista
y jugar con las yemas de sus dedos
y contar en su oreja cien veces cien
cien veces
hasta oírla decir:  
                           
“estoy muerta de sueño” 

domingo, 17 de julio de 2011

Entrevista a Eduardo Antonio Parra por Arturo Alvar


Buscando sin aparente sentido entre mis papeles dispersos, el otro día encontré una entrevista que le hicimos hace seis años al narrador Eduardo Antonio Parra, que publicamos en el número cero de la revista Sapiencia. Conocí a este magnífico escritor porque en ese entonces yo tomaba un taller literario impartido por él en la Colonia Roma, cerca de la Casa del Poeta. El único y el último taller literario en el que por demás sacié en aquellos días mi inquietud narrativa.

Cuando leí por vez primera los cuentos de Parra, me pareció que la afabilidad de su persona no coincidía con la violencia de sus historias. Influido por Rulfo y Revueltas, la literatura de este norteño se nos aparece como una cicatriz de negra tinta sobre papel. Un día nos dijo que quizá escribía sobre asesinos para no volverse uno de ellos. Lo curioso es que pocos años después, me parece que los relatos fantásticos de Parra se han salido de los libros y se han vuelto una cruda realidad en México, acaso porque la literatura se anticipa a los acontecimientos, no sólo evoca sino que invoca la realidad e incluso, muchas veces, la rebasa.

Los escritores del norte han logrado lo que los sociólogos ya quisieran hacer: develar el caos social en que nos hemos metido, anticiparse al presente, aunque la mayoría de ellos como Élmer Mendoza, Luis Humberto Crosthwaite o Rafa Saavedra, no tocaran en su momento directamente temas como el narcotráfico, como podría pensarse si se desconoce y prejuzga el panorama literario actual.

Aunque Carlos Fuentes diga en “La región más transparente” que en México no hay tragedia, sino que todo es afrenta, los narradores norteños recrean una atmósfera tal que a través de la ficción se adivina un trágico realismo, no por propia voluntad sino por el peso de los acontecimientos que han hecho de este país un desolado páramo de sangre, de tal manera que muestran que la realidad actual es afrenta tanto como tragedia.

La indudable capacidad narrativa por parte de esta camada de norteños, no sólo subraya la originalidad de los temas como elemento sustancial de su literatura, sino que hay que entender que eso no se logra si no viene acompañado de un lenguaje que nos lleve a sus límites e incluso los rompa. Como decía Paul Valéry, la literatura es, en sí misma, un lenguaje límite.

Desde que realizamos aquella entrevista a Eduardo Antonio Parra, a mediados de 2005, el norte del país se ha vuelto una auténtica “Tierra de nadie” como se titula uno de sus primeros libros. Desde entonces el narrador nacido en Guanajuato pero radicado desde su temprana juventud en Monterrey, ha publicado Parábolas del silencio; Juárez. El rostro de piedra y Sombras detrás de la ventana, obra de cuentos reunidos con la que ganó el año pasado el Premio Antonin Artaud.

A continuación recupero esta entrevista que le hicimos Ulises Vidal y yo a Eduardo Antonio Parra. En una segunda parte, abordaré la vigencia de algunos cuestionamientos expuestos en esa ocasión frente a la polémica desatada desde la revista Letras Libres poco tiempo después entre el propio autor y el ensayista Rafael Lemus sobre la literatura del centro frente a la del norte del país.

Cicatriz de negra tinta


AA: El lenguaje es una condición universal del ser humano, puede ser la libertad de nombrar al mundo, como es el caso de la literatura, pero también se puede volver una prisión conceptual.

EAP: Es un límite, por supuesto, pero depende de cada uno si tienes la intensión de romper ese límite. Si bien te condiciona, de alguna manera también es infinito. Entonces hay que buscar nuevas formas que lo renueven, rescatar del pasado o inventarlas para romper esas condiciones que te da el diccionario y la gramática.

AA: Dicen que los narradores del norte no se limitan a contar algo íntimo solamente, o tratar de explorar en sí mismos, pues tienden mucho a ver al otro, a contar las historias que suceden más allá de los accidentes biográficos.

EAP: La narrativa actual del norte es mucho más extrovertida y la introvertida se da más en las grandes ciudades del centro del país. Quizá por el asunto del espacio. Los narradores del norte, por ejemplo, están acostumbrados a moverse, a caminar, a no quedarse en un lugar estático, pensando en sí mismos, sino están en pleno movimiento. A diferencia de los narradores de las grandes ciudades por la misma cantidad de gente que la habita. Vivimos encerrados en nuestras casas y de pronto nos encontramos sacando la narrativa de una reconcentración de nosotros mismos. Allá me da la impresión, por una tradición histórica, de una serie de movimientos. Alguien decía que son distancias demasiado largas.

AA: “La distancia es el olvido”, dice tu contemporáneo, el coahuilense Élmer Mendoza,  embargo tu narrativa trata peculiarmente de violentar la realidad, pero no deja de tener ese rasgo nostálgico donde los personajes son atravesados, sufren una transformación atroz, con todo el rostro de la muerte.

EAP: Son personajes límites en muchos aspectos, porque viven en ese filo entre la vida y la muerte, entre la realidad e irrealidad y también en el límite del territorio nacional. Siempre está presente la muerte, siento que esa es una tradición histórica más que literaria en el norte del país. La muerte en mi literatura es una especie de exorcismo para no cuestionarme tanto la propia.

AA: ¿Cómo te acercaste a la literatura tratando de ir a esos límites?

EAP: Había muchas cosas. Quizá nunca me puse a pensar en una tensión religiosa, pero sí la había. Muchos misioneros norteamericanos o chicanos venían a proclamar el protestantismo. No hablemos de las tensiones culturales, sobre todo en la frontera de Texas y Tamaulipas, como se ve, por ejemplo, en El Álamo: cómo los ven ellos y cómo los vemos nosotros. Para los gringos es una afrenta cultural que no se cansan de cobrar y de nuestro lado se ve como la estupidez de Santa Ana. La frontera del idioma es otra, cómo se va mezclando el idioma, cómo se va retorciendo: el spanglish, la jerga pachuca que a mí me fascinaba cuando viví allá, rompe con los diccionarios. No se olvide la tensión histórica. Carlos Fuentes no se cansa de decir que la frontera es una cicatriz que jamás se ha cerrado y se nota.  Por otro lado, la frontera del norte es sitio de paso. Siempre que le ves a un tipo la cara te dices “este tipo vive con una tensión horrorosa, luego “este tipo no es de aquí y no se va a quedar mucho tiempo”, también “va para el otro lado o va de regreso”. Inclusive he llegado a pensar: “es posible que se quede, pero aún no lo sabe”.

UV: Se han dado movimientos de culturas juveniles en el norte del país. “La avanzada regia”, por ejemplo, que así le llamaron los medios más pop, pero aún así eso es cierto. Fran Ilich, tijuanense un poco mayor que nosotros,  nos dijo “es que mi ciudad es demasiado gringa y demasiado mexicana para ser de primer mundo”. De ahí el constante reto de traspasar la frontera, ya sea por jóvenes como Iván, por medios electrónicos o inclusive físicamente. Esa es la tensión grande, el allá, el mirar hacia allá.

EAP: En Monterrey asimilaron muy bien la cultura pop, sobre todo de Texas. En literatura lo que está sucediendo, está en Tijuana. Es la misma asimilación de las literaturas populares de Los Ángeles y Chicago. Yo siento que todavía no cuaja, a excepción de Rafa Saavedra, que ya empezó a asimilar el spanglish muy bien en sus textos; está Heriberto Yépez, con sus adaptaciones. Habría que saber qué va a pasar. Tijuana tiene la ventaja de ser la ciudad más grande. También está Ciudad Juárez, pero el movimiento no es tan efervescente. En Monterrey la literatura está definitivamente más cargada a la tradición mexicana, pero también aprovechan las expresiones culturales gringas que llegan, donde empiezan a traducir y se enriquecen de esto. Si Tijuana es una ciudad demasiado gringa para ser mexicana, Monterrey yo creo que es la segunda ciudad más gringa que hay en México.

AA: No sé que pienses de esta idea que tú manejas de la muerte como ir al otro lado, tú como hombre mortal, ¿cómo te gustaría ser leído en la inmortalidad?

La inmortalidad es una palabra muy grande. Simplemente que se piense que lo que intenté escribir fue sobre este tiempo, sobre algunas regiones de este país que bien pudieron ser ageográficas, en el sentido de que las historias pudieran ocurrir en cualquier otro lado. Lo más trágico sería que los libros murieran y sobreviviera el escritor.